viernes, 2 de enero de 2015

Antonio Machado en Soria

Soria es una provincia afortunada en su relación con la literatura. Por estas tierras han nacido escritores de mérito como Dionisio Ridruejo, Juan Antonio Gaya Nuño, Avelino Hernández, Fermín Herrero Redondo, José Ángel González Sainz. Fortuna es contar entre sus moradores con escritores universales que ensalzaron la ciudad como Bécquer, Gerardo Diego o Antonio Machado. Al gran poeta del 98 queremos recordar.

 

  A los treinta y dos años Antonio Machado consigue, a través de unas oposiciones, la cátedra de Lengua Francesa en el Instituto General y Técnico de Soria. A primeros de mayo de 1907, el poeta llegaba en tren a la estación de San Francisco de Soria, una ciudad entonces de poco más de 7000 habitantes. Tal vez Antonio Machado pensara que venía a una ciudad aburrida y sin interés, acorde con su carácter tímido y solitario, y que aquel destino no iba a ser de expansión precisamente. Lo cierto es que Soria supone la transformación del hombre solitario al hombre enamorado y un hito extraordinariamente creativo en su producción literaria. 

Machado buscó hospedaje en una casa de la popular calle de El Collado, teniendo que trasladarse en diciembre a una nueva fonda regentada por Isabel Cuevas Acebes y Ceferino Izquierdo Caballero. El matrimonio tenía tres hijos; la hija mayor, de trece años, se llamaba Leonor.

Soria despertó enseguida la inspiración poética de Machado y en aquellos primeros días de mayo compuso el poema titulado Orillas del Duero. Las clases comenzaban a primeros de octubre y Machado impartía su magisterio a un grupo de siete y ocho alumnos respectivamente, y en sus horas libres paseaba por las riberas del Duero, lo que posteriormente reflejaría en algunos de sus mejores versos. Machado además participó en la vida cultural soriana colaborando en los tres periódicos de la capital y asistiendo a las tertulias del Circulo de la Amistad. 

Antonio Machado y Leonor
Machado quedó prendado de la joven Leonor, hija de la dueña de la pensión, y el sentimiento fue recíproco; de modo que pronto se acordó la boda para el 30 de julio de 1909 en la iglesia de Santa María la Mayor. Ofició la misa el padre Isidoro Martínez González. 

 Aquella boda llamaría la atención del pueblo soriano por la diferencia de edad, diecinueve años. La pareja sufriría algunas burlas y comentarios maliciosos, pero esa misma noche los novios partieron de luna de miel con destino a Barcelona, aunque los incidentes de la Semana Trágica desviaron el rumbo a Fuenterrabía. Hemos de suponer, sin embargo, que la pareja pensaría que su mejor viaje sería el que realizarían a París el 1 de enero de 1911. 

Machado había solicitado una beca para ampliar sus estudios de francés que le fue concedida. Iban a estar un año, sin duda un año feliz: estudios, paseos, teatros, cafés, museos..., pero el 14 de julio vino la tragedia: Leonor tiene un vómito de sangre, es hospitalizada y la angustia invade sus vidas. Días de zozobra

El 15 de septiembre de 1911 los Machado están en Soria. Trasladan su domicilio a la parte alta de la cuidad, "El Mirón", buscando el aire puro. 

En aquella primavera de 1912 se pública Campos de Castilla, un motivo de alegría. Desgraciadamente el 1 de agosto de 1912, Leonor, con solo dieciocho años, muere. El mismo cura que ofició la boda asistía en el entierro tres años después. Machado, desolado, imposible ya su estancia en Soria, abandona la ciudad el 8 de agosto. Solo regresará una vez, en el homenaje que el Ayuntamiento le tributa nombrándole hijo predilecto de la ciudad el 5 de agosto de 1932.

La ciudad de Soria y su paisaje quedarán para siempre entre los poemas más hermosos de la literatura española.

Trabajo hecho con alumnos de 4º DIV. Noviembre de 2014

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